¿Boda civil o religiosa?
La primera pregunta que debemos plantearnos al decidir contraer matrimonio es si optaremos por boda civil o religiosa puesto que, aunque en ambos casos el objetivo final es el mismo, los trámites y lo que conlleva e implica son diferentes.
En el caso de una boda religiosa juega un papel fundamental el tema de las creencias de la pareja. Para quienes no tienen esta consideración católica, la opción es casarse por lo civil. Si bien es cierto que existen algunas parejas que, aun no siendo creyentes o practicantes, eligen la iglesia por cuestiones de ”apariencia”, por contentar a los padres de uno u otro, o por otros motivos.
Si decidís casaros por la iglesia estáis obligados a cumplir con un trámite adicional como son los Cursillos Prematrimoniales. Suelen durar algunos días, dependiendo de la parroquia y los horarios, y en ellos principalmente se trata de reflexionar acerca del matrimonio y todo lo que éste implica. Al final del cursillo, se os entregará un certificado que habrá que llevar a la parroquia para complementar vuestro expediente.
Otra condición para casarse por la iglesia es que tenéis que estar bautizados los dos, dado que se requiere la Partida Bautismal. Haber hecho la Comunión no es imprescindible, pero entonces no podrá haber Misa durante la ceremonia eclesiástica; esto se puede solucionar comulgando antes. La Confirmación sí que no es obligatoria para una boda religiosa.
En el ámbito civil, el lugar de celebración no tiene por qué ser el mismo en el que se encuentre el Registro Civil, pero requiere la presencia del Juez Encargado del Registro Civil y los Jueces de Paz, del Alcalde o Concejal en el que se haya delegado la tarea, o el Secretario judicial o Notario libremente elegido por ambos contrayentes. Tras la celebración, la pareja debe acudir al Registro Civil a inscribir el matrimonio.
En cualquier caso, e independientemente de si optáis por la boda civil o religiosa, debéis saber que casarse es gratuito. Si lo dejáramos ahí, ciertamente no costaría nada más que el desplazarse a uno u otro lugar y proceder al acto de casarse tras haber cumplimentado los requisitos y gestiones que se exigen, sin olvidar la presencia de los testigos, imprescindibles en ambos casos. Tras la firma ya estaríais casados y sin gasto ninguno.
La cosa se complica cuando ya queremos celebrar el acto de contraer matrimonio, vestirnos de novios e invitar a quienes nos rodean, hacer un viaje de novios y, en definitiva, lo que viene siendo habitual en una boda hoy en día. Sin embargo, existen opciones que se adaptan a todos los bolsillos, y éste es precisamente nuestro objetivo, inspiraros para que podáis elegir aquellas que mejor se ajusten a vuestras necesidades!